el Kefir (hongo que convierte leche en yogurt)

En el Cáucaso, donde el kéfir se ha consumido a lo largo de los años, la gente vive hasta 110 y 125 años y se mantiene en buena salud, no conocen la tuberculosis, el cáncer o las enfermedades de los ojos. El profesor Nokimowa, al observar esto, dedicó toda su vida a estudiar el valor del kéfir, que curaba las enfermedades del sistema respiratorio, los desarreglos del estómago, las infecciones intestinales crónicas, las enfermedades del hígado, la vesícula biliar y los riñones, así como otras muchas enfermedades.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el Dr. Kranzek comprobó estos resultados tan poco usuales. El cultivo fue traído de Rusia por un piloto de la Swiss Airlines, quien lo dio a un amigo en Zurich. Posteriormente vino a Torremolinos (España) y trajo cierta cantidad de este cultivo a otro amigo.
Este cultivo sólo puede subsistir en la leche. Se multiplica muy deprisa mediante la división de las células, por lo que se debe dar a alguien, ya que es demasiado valioso para tirarlo. Impide que los alimentos se deterioren en los intestinos y por lo tanto, es curativo y prolonga la vida. Va del estómago directamente a la sangre, mientras que otros alimentos tienen que ser digeridos. Puede reemplazar completamente a la leche materna de los bebés e impide las náuseas durante los embarazos. Es una valiosa medicina y un alimento excelente, que puede tomarse solo o con ensaladas, salsas, sopas, etc.

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