El cáncer de pulmón es de los más comunes y
de los más letales. También ha sido de los últimos en beneficiarse de las
terapias personalizadas, aquellas que se administran selectivamente en función
de las características particulares (genéticas, moleculares) que presenta el
tumor en cada paciente y que a lo largo de la última década han servido —de la
mano de la quimioterapia— para mejorar la supervivencia y la calidad de vida de
los enfermos.
Pero no todo son malas noticias en este tumor. “Aunque se haya
tardado más que otras neoplasias, como las de mama, en el caso del pulmón, es
el tratamiento que está accediendo más rápidamente a las terapias
individualizadas”, destaca Bartomeu Massuti, secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP). Esta entidad, que el
próximo jueves y viernes celebra su
décimo congreso en Barcelona, ha puesto el
acento en estos tratamientos como “vía de futuro para tratar la enfermedad”.
El grupo de cáncer de pulmón apoya este argumento con los
resultados de un estudio muy reciente, aún sin publicar, que el Consorcio Mutaciones en Cáncer de Pulmón —LCMC, en inglés, formado por 16
centros de investigación estadounidenses— presentó hace dos semanas en Sidney
(Australia), en la Conferencia Mundial en Cáncer de Pulmón.
El trabajo buscó
entre 1.000 pacientes afectados de neoplasia de pulmón diez alteraciones
genéticas —adquiridas, no heredadas— vinculadas con el tumor para las que
existiera un medicamento. Y concluyó en que el 28% de los enfermos presentaban
mutaciones genético-moleculares potencialmente tratables con fármacos que ya
están en el mercado o se encuentran en las últimas fases de ensayos clínicos.
Además, los pacientes con metastástasis que se trataron con medicamentos dirigidos
tuvieron una supervivencia mediana de tres años, uno más que el resto
(comparado con quienes tenían alteraciones que no fueron tratadas de forma
específica y con los que no presentaban características susceptibles de ser
abordadas). “El trabajo arroja una importante prueba de concepto: si tienes
alteraciones genéticas y las tratas, los pacientes resultan beneficiados”,
añade Massuti.
En
España, en la mayoría de los centros se buscan, al menos, las dos principales
mutaciones (la del EGFR y la del gen ALK, presente en entre el 5% y el 8% de
pacientes), aunque depende de si los hospitales tienen laboratorios genéticos o
si mantienen acuerdos para remitir las muestras a otros centros. “Lo ideal
sería contar con una estructura centralizada, pública, que analizara las biopsias
remitidas, que pemitiera la selección de pacientes y homogeneizara la
accesibilidad a estos tratamientos”, insiste Massuti
¿Tiene
sentido plantear esta iniciativa en un escenario de recortes como el actual? El
grupo español de cáncer de pulmón está convencido de ello. No solo por la
mejora de expectativa de vida que ofrece o la eficiencia que supone administrar
a cada paciente el fármaco que mejor resultado ofrece. “No tiene sentido que un
hospital haga esta técnica cada 10 días con el coste en equipos o reactivos que
supone; mi aspiración es que las autonomías centralizaran la actividad en uno o
dos centros”, concluye Massuti.
es → en
two, two
sustantivo: two, couple, a couple of, twain, deuce
adjetivo: twain
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